Racismo, supremacía blanca y liberalismo racial por TVP Irma Alicia Velásquez Nimatuj

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Racismo, supremacía blanca y liberalismo racial

Se trata de la creación y ejecución de planes verdaderamente diabólicos para mantenerlos fuera de la línea de lucha.

El Periódico

6 de junio de 2020

Por: Irmalicia Velásquez Nimatuj

Los seres humanos no valen lo mismo, el valor en el actual sistema económico mundial lo configuran varios factores directos e indirectos que, aunque no son determinantes, sí influyen en quién se es y con lo que se es, cuánto se logra caminar en la vida. Entre esos factores está el color de la piel, mientras más oscura es la piel, menos valor se tiene en el mundo actual, porque se mide permanentemente con los estándares que indican que el valor más alto lo posee la blancura. Por eso, la blancura ha sido convertida en una aspiración a la que la humanidad debe caminar y esto se nos repite día a día, a través de marcos, aparatos ideológicos e instituciones, desde que se nace hasta que se muere.

Por eso, la mayoría de las mujeres y los hombres de los pueblos afrodescendientes enfrentan los niveles más altos de discriminación racial, burla, desprecio, asesinato, encarcelamiento, enfermedades crónicas, violencias, dependencias, desempleo, endeudamiento, indigencia, pobreza, entre otros, en casi todos los países en donde viven, desde donde son originarios hasta donde hayan sido trasladados, como parte del millonario negocio esclavista que los transportó al resto del mundo. Esa es la regla de vida para los descendientes de la hermosa África, en algunas regiones sus condiciones son más agudas que en otras.

Siglos de intensas resistencias, protestas y propuestas desde estos pueblos no han sido suficientes para cambiar los engranajes orgánicos y estructurales de sus condiciones de vida, porque han sido apagadas con rabia, con un profundo odio racial, violencia desproporcionada y sangre, mucha sangre, una vez y otra vez por estados, ejércitos, cuerpos policiacos, iglesias o cualquier otra institución creada y dirigida por hombres blancos. Quienes se han propuesto doblegarlos como pueblos, manteniendo una permanente persecución, tortura, represión, abandono, muerte, incluyendo la implantación lenta, pero masiva dentro de sus comunidades de drogas altamente dependientes. Todo con el fin de que ni los hombres ni las mujeres se levanten y que la juventud no pueda organizarse porque la condenan desde la niñez o la adolescencia a vivir, crecer y morir en las cárceles. Se trata de la creación y ejecución de planes verdaderamente diabólicos para mantenerlos fuera de la línea de lucha.

Por eso, ahora que soy testiga de la fuerza de la juventud afrodescendiente, levantada e indignada, que marcha en los 50 estados de los Estados Unidos, buscando y reclamando sus caminos de liberación, acompañada de la juventud diversa que vive en este país, resuenan con fuerza las palabras de James Baldwin, quien nos legó que para cambiar las condiciones de opresión se requiere enfrentar de manera simultánea el racismo, la supremacía blanca y el liberalismo racial. Para más información, oprima aquí...

Este articulo fue publicado originalmente en el El Periódico en línea el 6 de junio de 2020 en español como parte de la sección de opiniones.